3 | El Manifiesto del Elemento Mecánico I: La Condensación

El Manifiesto del Elemento Mecánico I: La Condensación


Apelo nuevamente al registro de mi diario personal para reconstruir aquella etapa.

31-10-13 Quiero escribir sobre los Destilados. Sobre lo que va a seguir ahora que cerré la primera parte. Algo sucedió cuando cerré el número 12. “Noté” que el último verso del último poema del último número daba nombre a la segunda fase del trabajo: “El elemento mecánico”. Entonces pensé que antes de encarar el trabajo de clasificación enciclopédica, y antes de comenzar a construir ese dispositivo sonoro y visual que llamé “la cantata”, antes de todo eso, pensé, tenía que volver sobre el material, amigarme con él, re-conocerlo, revisitarlo, leerlo por primera vez completo y de corrido. Y que de esa lectura tenía que resultar un nuevo material de base. Un manifiesto. El Manifiesto del Elemento Mecánico. Que deberá estar escrito según el principio del elemento mecánico. Y hasta el momento, lo único que conozco sobre ese principio es que el último verso del último poema del último número da nombre y alma a lo que sigue. Y que entonces yo deberé intentar construir ese manifiesto de acuerdo a algún tipo de proyección o extensión o réplica de este mecanismo elemental. Por ejemplo: agrupar todos los últimos versos del último poema de cada número;

o:    agrupar todos los últimos versos de todos los poemas; o: agrupar el último verso del último, el primer verso del primero, el segundo de no sé qué; combinar, intercalar, yuxtaponer diferentes series; leer de adelante hacia atrás, de atrás hacia adelante, en espejo, todo eso que ya sabemos. Deberé probar muchos mecanismos -mecánicas combinatorias, digamos- hasta que aparezca el Manifiesto del Elemento Mecánico.

Después de pensarlo un poco, concluí que la mecánica que me estaba proponiendo iba a resultar en una escritura estéril, aburrida y carente de sentido a poco avanzar. Algo similar a lo que sucede con el procedimiento denominado “cadáver exquisito”.

Así que anoté esto otro: 19-1-14...algo para el futuro Manifiesto del Elemento Mecánico: tengo que adoptar una forma de manifiesto; definir para mí una forma estándar a partir de la lectura de algunos manifiestos preexistentes (podría hacer un recorte: primera mitad del siglo XX, o manifiestos de arte, etc). Ejemplo de forma estándar: un diagnóstico de época, una crítica, una declaración de principios y objetivos. Pongamos.

Y entonces poder (mecánicamente, o sea: de acuerdo a una dinámica de selección y ordenamiento que no responda -o responda mínimamente- al movimiento de mi subjetividad), extraer líneas, versos, párrafos, fragmentos, lo que sea que por su propio modo de enunciación se encuadre naturalmente en una de las partes/función del manifiesto.

Lo hice: diseñé -una vez más- un mecanismo de intervención sobre los Destilados, y simplemente lo apliqué, sin pensar más. Y lo que fue apareciendo resultó -una vez más-sorprendente. Como si estuviera frente a un cuerpo vivo y no frente a una serie de escritos absurdos.

Para comenzar, realicé una operación sencilla, pero minuciosa y estricta.

Lo primero fue encerrarme en una burbuja ficcional que, al modo de los juegos de infancia, me sirviera como excusa para poner-en-juego todo lo que hiciera de allí en más.

La excusa (algo megalómana, como suelen ser las ficciones de infancia -y las no tan de infancia), consistía en asumir que una ciudad había sido fundada: La Ciudad Destilada. Y que ahora los ciudadanos de Ciudad Destilada se proponían expresarse a través de un Manifiesto Fundacional. Y que entonces encargaban al Poeta, (que era yo, por supuesto), la tarea de redactarlo. El Poeta aceptaba y les pedía, a su vez, que se reunieran en asamblea y pronunciaran sus opiniones, ideas y deseos. Con ese material, el Poeta redactaría el Manifiesto en cuestión.

Aquella fantasía no era un capricho; escondía, en clave de cuentito, las coordenadas de la nueva etapa: si los Destilados eran el reflejo del Reflejo de Una Ciudad (el reflejo del Ecos Diarios de Necochea), entonces almacenaban en sí la información de Otra Ciudad (La Ciudad Destilada, conformada por doce barrios o sectores: cada uno de los doce números del EcosDestilado). Sólo había que extraer esa información, clasificarla y re-ligarla (redactarla) de modo que asumiera la forma del Manifiesto deseado.

Este enlace para leer el Manifiesto del Elemento Mecánico


Lo segundo, entonces, fue diseñar un mecanismo de extracción, clasificación y redacción. Resultó en lo que denominé Mecánica de la Sintaxis. Básicamente, un juego de funciones. Consistía en ir recorriendo “barrio por barrio” (número por número, del 1 al 12), e ir extrayendo los enunciados/frases/versos de las 215 unidades, (todos y cada uno), y clasificándolos según la clase de constituyente sintáctico que expresaran, de acuerdo a un protocolo que había definido previamente. Protocolo algo elemental, en verdad, en virtud de que siempre supe poco y nada -en el plano teórico- sobre gramática y todas esas cosas. Ahora sé un poco más porque leí algunas cosas para poder escribir este trabajo; pero en aquel momento fueron sólo apuestas hechas desde la intuición del conocimiento práctico. El protocolo de extracción y clasificación estaba planteado en estos términos:
A)    MIRADAS SOBRE EL PRESENTE: las Definiciones Positivas sobre la Realidad; los Pero; los Como; los Porque; las Opiniones; las Enumeraciones; los Aforismos y Pontificaciones; las frases que hablan de Época; las frases que hablan de Nosotros.

B)    DESEOS PARA EL FUTURO: los Sujetos Colectivos; los Sujetos Colectivos que se nombran en singular; las Advertencias; la Acciones; los Propósitos; los Vaticinios o Predicciones; los Anuncios; los Objetivos; las Virtudes o Cosas Necesarias; las Prescripciones; los Presupuestos, las Ideas; las Invocaciones o Apelaciones.

Las Miradas sobre el Presente, había resuelto, estarían divididas en 12 unidades: cada barrio expresaría la suya en forma de Capítulo. Los Deseos para el Futuro, en cambio, estarían compilados en un único Capítulo.

En cuanto a la redacción, apelo nuevamente a mi diario personal: 5-6-14 A la hora de redactar lo haré siguiendo el precepto de no agregar nada que no sean elementos de puntuación. Si alguna frase se negara a encajar en el discurso general, no pienso forzarla o ayudarla inventando nexos o transiciones: sencillamente -como es ley en el capitalismo- será

desechada como basura, como cosa residual. El resto será la búsqueda de un Ritmo.

La Mecánica de la Sintaxis se demostró eficaz y altamente reveladora. En poco tiempo, el Manifiesto del Elemento Mecánico estuvo redactado.

Pero iba a demorar todavía un tiempo -dos años más, con sus altibajos- en ver la luz.

Se abría un período de una deriva sostenida, de carácter algo demencial, que culminaría (pero ya para entonces nadie se acordaba y a nadie le importaba) con la entrega del texto del Manifiesto del Elemento Mecánico.

Dispositivo de lectura para el Manifiesto del Elemento Mecánico





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